Descubriendo Huelva - Primera Parte

Descubriendo Huelva - Primera Parte

Esta vez nos vamos a Huelva, para ello iremos primero tras las pistas de Cristóbal Colon, para alimentarnos culturalmente y después nos vamos tras las pistas del jamón Serrano... para alimentarnos de verdad! (Esa sería la segunda parte!)

Partiremos de Huelva capital, porque no, pasar aquí alguna que noche tiene su encanto.

En su plaza de la Merced nos encontraremos con la estatua del Sr. Colon, para que nos indique el camino... o mejor no, que nos manda al agua.

Podemos visitar las marismas de Ódiel, o recorrer la carretera paralela a la desembocadura del mismo río, pasando el muelle de Río Tinto y al monumento a Cristóbal Colón, síííí otro más. 

Y es que Colón nos lleva hasta Palos de la frontera, claro, todos sabemos que en 1492 partió desde aquí con sus tres calaveras, La Pinta, La Niña y la Santa María... pues no es del todo cierto. Por eso hay que hacer esta ruta!, la Santa María no era una calavera sino una nao. Yaaa, no es un descubrimiento que digas! Guau! No, eso lo dices cuando te subes en las réplicas que hay de las naves en el museo Muelle de las Calaveras, y pensar que con ellas llegaron hasta América... Además de remontarnos al pasado e ilustrarnos con muchas curiosidades de la época los niños disfrutan y aprenden al mismo tiempo, un dos por uno!  

Y bueno, ya que estamos allí nos pasamos por el monasterio de Santa María de La Rábida, que también participó en la historia de la expedición de Colon, tanto como el pueblo de Moguer, donde podremos descubrir los pasos que siguió el conquistador para llevarla a cabo.

Después de empaparnos de tanta historia, qué tal si nos vamos a relajarnos un poco por las playas de Huelva, no? – Uf, por fin mamá!!! - Ahh! ahí estaban los niños, ya creía que los había olvidado en las bodegas de las calaveras...

Pero antes de irnos de la capital, podemos coger un ferry que nos deja en Punta Umbría, la travesía es corta y el precio creo que rondaba los 3€ o 4€, y pasamos por las marismas Del Río Odiel. Y si la hacemos ya en el último barco que navega por el atardecer, pues lo bordamos.

Y por fin nos vamos a la costa! Ahora toca decidir donde... o nos quedamos en todos!

Punta Umbría está justo en la desembocadura del Odiel y del Tinto, es un pueblo con mucha vida, quizás por la cercanía a la capital. Pero lo más destacable son los kilómetros y kilómetro que tiene de playas prácticamente vírgenes  y de arena dorada. Nosotros nos decidimos por el paraje natural Los Enebrales, cuyas playas vírgenes están rodeadas de un paraje repleto de dunas, pinos piñoneros, lentiscos y romero, lo que viene siendo un paraíso Andaluz.

Si seguimos la carretera que bordea estas maravillosas playas, pasando por la reserva natural de la laguna de El Portil, todavía en territorio de Punta Umbría, llegamos hasta Cartaya o más bien hasta su zona costera, Nuevo Portil y El Rompido, más playas de arena limpia y clara.

El Nuevo Portil destaca por sus 5 km de playas naturales rodeadas de grandes extensiones de pinares que nos encontramos a un lado, y al otro respetando la naturaleza no encontramos varios complejos hoteles que hacen las delicias de los niños, alguno con parque acuático incluido!

El Rompido, pueblecito marinero se encuentra en el levante del Paraje Natural de Marismas del Río Piedras y Flecha del Rompido. Recuerdo cuando llegamos aquí que la marea estaba baja y por toda la playa se paseaban cientos de cangrejos de varios tamaños, lo que nos da una idea de la calidad medioambiental de la zona. Aquí se encuentra la conocida como “Flecha de El Rompido”, una formación arenosa que se abre al océano Atlántico desde una playa virgen, de hecho fue curioso ver cómo la especie de chiringuito que había, usaba bloques de hielo para enfriar la bebidas, entre otras pocas cosas que ofrecía porque la electricidad no llega. Es posible acceder a esta zona gracias a los servicios de paso en barca que se sitúan en las playas Del Río y creo recordar que costaba unos 2€, desde luego merece la pena visitarla.

Seguimos para hacer una parada en Cartaya, el pueblo, no podemos dejar de visitar el Castillo de los Zúñiga, es inevitable, mis niños son forofos de los castillos, que le vamos a hacer.

Y partimos para Islantilla, la zona costera de Lepe, para encontrarnos con más playas amplías y de arena fina y blanca, además aquí encontramos estupendos complejos hoteleros que nos hacen las vacaciones más fáciles.

Ya por último nos vamos a Isla Cristina, ¿no queríamos playa? Pues aquí tenemos 11 km. De más playa, también de arena fina y clara, bañadas por el Atlántico. Pero, y si hacemos algo diferente? Pues podemos visitar su lonja, el puerto de Isla Cristina es el de más actividad en Andalucía, y ver cómo pujan por las bandejas de pescado y marisco es un espectáculo, te entran ganas de participar. Y si seguimos con el pescado, optamos por visitar una fábrica de conservas.

También podemos pasear por su casco histórico, es un pueblo pequeño por lo que se hace agradable recorrerlo y porque no, hacer una paradita para tomarnos unas gambitas. Para terminar visitamos el Museo del Carnaval, que no falte alegría.

Si el tiempo acompaña reservamos un día para para recorrer la vía verde que va de Isla Cristina a Ayamonte, para mí, merece la pena recorrerla.

Bueno, a descansar no? Que todavía nos falta mucho por descubrir...

  Artículo creado por María José Muñoz, especialista en viajes familiares y pueblos andaluces