¡Librerías por las que vale la pena viajar!

¡Librerías por las que vale la pena viajar!

Esta entrada del blog es para los amantes de la lectura.

Si nos parecemos un poco, podemos entrar en una librería y pasarnos horas.
Nos alegramos cuando nuestro autor favorito anuncia un nuevo libro y esperamos ansiosos la fecha de lanzamiento.
Nuestros paseos incluyen visitas a las librerías de la zona para ver novedades o simplemente perdernos entre las estanterías repletas de historias.

Hace poco pude visitar en Portugal una de las librerías más famosas del mundo y se me ocurrió hacer un recopilatorio de las librerías por las que merece la pena hacer un viaje.

¿Te apuntas?

1: LIBRERÍA LELLO (OPORTO)
La librería Lello luce con mucho orgullo el título que muchos le han concedido desde que abriera en 1904 en Oporto: ser la más bella del mundo. De entrada, su fachada de estilo neogótico resalta en comparación con el resto de construcciones de la Praça de Lisboa, pero solo es la antesala de lo que uno puede encontrar dentro de ella. Una escalinata imponente, de un color rojo puro y encajes dorados, se retuerce suavemente sobre sí misma hasta dividirse en dos con una delicadeza y elegancia admirables. Irónicamente, los libros son casi un complemento secundario.
Es arriba, en la segunda planta donde se encuentra una vitrina que, más allá de la espectacularidad del interior de este lugar, explica el por qué del magnetismo de este lugar. Y es que en este cofre transparente se exhiben los tomos de la saga Harry Potter. La razón de esta ostentación es muy sencilla: prácticamente a la par del lanzamiento del primer libro, se comenzó a difundir el rumor que la autora británica se había inspirado en este espacio para construir el universo del joven mago durante los años que vivió en la ciudad portuguesa. Sin embargo, J. K. Rowling decidió enterrar de una vez por todas el mito cuando en mayo de 2020 publicó un tuit desmintiéndolo, de hecho, ni siquiera la conocía. Pero sus declaraciones llegan demasiado tarde. Desde hace varios años, se cobra entrada a todo aquel que quiera entrar y en parte se debe a ese rumor que se ha ido difundiendo sin control. Pues, aunque la librería se llenase hasta los topes atraídos por la saga de Harry Potter, nadie compraba libros, hasta el punto de verse obligados a cobrar entrada para subsistir, convirtiéndose así en un museo.

2: LER DEVAGAR (LISBOA)
Mucho más moderna que su compatriota, Ler Devagar demuestra cómo la cultura es capaz de transformar lugares y revitalizar zonas olvidadas por los ciudadanos. Su historia es la de LX Factory, una antigua fábrica textil transformada en isla creativa; pero también la de un proyecto librero nómada que estuvo vagando por toda la ciudad hasta que encontró un espacio con el que compartía filosofía. De su pasado se ha conservado el estilo industrial, las vigas se transforman entonces en estanterías y escaleras y miles de libros recubren las paredes de lo más bajo hasta el punto más alto. Justamente desde las alturas se encuentra el icono más característico de la librería, un hombre sobrevuela Ler Devagar en bicicleta, quizás observando con detenimiento cómo los clientes ojean las páginas haciendo honor a su nombre: “leer despacio”.

3: LIBRERÍA ACQUA ALTA (VENECIA)
Fuera, una pila de libros se amontonan a lo largo del callejón hasta formar verdaderas montañas, cuyo único valle en forma de caminito estrecho conduce hasta el local. Dentro, una góndola preside el centro de la librería. A su alrededor, se reúnen otras de menor tamaño, algo dañadas y también varias bañeras. Lo que parece producto de un síndrome de Diógenes de estilo veneciano, es un caos de objetos utilizados como estanterías que soportan los miles de libros colocados sin ningún criterio. Una decoración algo excéntrica para una librería si no fuera porque se encuentra en la ciudad de los canales, donde suele ser frecuente el fenómeno que da nombre a este espacio: Acqua Alta. De hecho, en noviembre de 2019 estuvo a punto de desaparecer cuando el nivel del agua ascendió hasta los 160 centímetros. Miles de textos se perdieron y las góndolas amenazaban con desembocar al mar.  
Afortunadamente y pese al destrozo que causó, la librería pudo recomponerse y hoy sigue acaparando miradas en una ciudad en la que prácticamente todo es digno de ser fotografiado. Su origen se remonta a 2004, cuando Luigi Frizzo fundó la librería con el fin de darle salida a la cantidad ingente de libros que poseía. Como todo en Venecia, la librería Acqua Alta sufre por la masificación. Por ese motivo, la entrada desde hace varios años es de pago, aunque un par de euros parece un precio razonable para descubrir un lugar único.

4: POLARE MAASTRICHT (PAÍSES BAJOS)
Desde que en el siglo XVIII las tropas napoleónicas invadieran Maastricht, esta iglesia no ha vuelto a celebrar una misa. Por fortuna tampoco fue derruida y el espacio comenzó a utilizarse para todo tipo de fines, como por ejemplo, almacén de bicicletas. El último y aún vigente, una librería de la cadena Selexyz: Polare Maastricht, aunque bien podría llamarse el templo de los libros. Ojear un libro entre arcos ornamentados, frescos y techos abovedados es casi una experiencia religiosa. Todo está pensado para que el visitante tenga esa sensación, hasta la iluminación recuerda a la luz propia de las iglesias.
La idea de convertirla en una librería fue de un grupo empresarial. En 2005 se presentó en sociedad y tan solo tres años más tarde, el diario británico The Guardian la nombró como la librería más bonita del mundo. Desde entonces, su popularidad no ha parado de crecer y recibe cada año una media de 700.000 personas. No obstante, se enfrenta a un reto mayúsculo que amenaza su continuidad, la literatura digital, pues los Países Bajos son uno de los países que lideran el consumo de textos en soporte digital a nivel mundial.

5: SHAKESPEARE & CO (PARÍS)
Escritores de la talla de Ernest Hemingway, F. Scott Fitzgerald, James Joyce o Ezra Pound frecuentaron este establecimiento cuando ocupaba un local en el 12 de la calle Odéon y la regentaba la intelectual Sylvia Beach. Con la ocupación nazi, aquellos encuentros terminaron de golpe y porrazo, y no sería hasta 1951 que la librería no volvería a abrir, esta vez, de la mano del estadounidense George Whitman. Para entonces, eran otros escritores los que ocupaban las sillas y los rincones de Shakespeare & Company. Más concretamente los que lideraban la generación Beat, nombres como Allen Ginsberg o Gregory Corso y, también, otros ilustres como Henry Miller, Anaïs Sin o Julio Cortázar.
Esas reuniones intelectuales fueron posibles porque la librería, más que una tienda de libros, era un hostal. Ninguno de ellos tenía el dinero suficiente para sobrevivir en una ciudad como París, por eso se ofrecían para trabajar allí a cambio de quedarse a dormir. Miles de aspirantes a escritores pernoctaron varios días en los bancos y asientos de la tienda. Eran los llamados rastreros, según el propio Whitman, quienes tenían la obligación de presentar una autobiografía de una página y dedicar varias horas del día a la literatura y escritura. La librería persiste hoy en día como centro neurálgico de literatos y amantes de las buenas historias, aunque ya ha dejado atrás su pasado más épico. Hoy lo regenta la hija de Whitman, que sigue asombrándose cómo este pequeño rincón frente al Sena atrae a miles de personas cada día, sin embargo la reducción de ingresos causados por la pandemia le ha obligado a abrir un proyecto crowdfunding para intentar mantener a flote la librería.

6: BARTER BOOKS (ALNWICK)
Fue esta librería, situada en el interior de una estación de tren victoriana, quien puso de moda la frase “Keep Calm and Carry On”. Y es que en este establecimiento de Alnwick, un pequeño pueblo al norte de Inglaterra, encontraron una copia original de este cartel con el que se animaba a las tropas y los civiles durante a Segunda Guerra Mundial. El mensaje de aliento alcanzó la fama a nivel mundial, y con él, también la tienda. Además de su peculiar ubicación, Barter Books es conocida por ser la tienda de segunda mano más grande de Europa. Se fundó en 1991 como espacio cultural sin demasiadas pretensiones, sin embargo, de media anual ha llegado a recibir más de 200.000 visitas. La estación de tren crea un ambiente distinto al de cualquier otra librería. Allí, los visitantes no solo tienen la opción de donar libros o comprarlos, sino también intercambiar con otras personas.

7: ATENEO GRAND SPLENDID (BUENOS AIRES)
El terciopelo rojo del telón deja entrever el escenario donde cada día se representa una función diferente, el de los cientos de clientes que llegan hasta el Ateneo Grand Splendid para tomar un café mientras leen tranquilamente uno de los 100.000 libros que esta peculiar librería posee. Los ejemplares han sustituido las quinientas butacas que antaño había, pero también los palcos que bordean la sala. Los anaqueles se curvan repletos de historias. Arriba, una cúpula domina omnipotente el lugar. Se trata de un fresco alegórico en honor al fin de la Primera Guerra Mundial.
El Ateneo se construyó en 1917, en lo que anteriormente fue el Teatro Nacional Norte. Sus inicios fueron los de una sala de cine espectacular que con el tiempo dio paso a las grabaciones de la Radio Splendid. Ambas actividades siguieron hasta 1930 en que desapareció la radio. No sería hasta el inicio del nuevo milenio cuando volvería a cobrar vida gracias a la literatura, cuando un grupo empresarial compró el histórico lugar para transformarlo en la librería que es hoy.

8: LIBRERÍA BARDÓN (MADRID)
La colección de Bardón contiene textos tan singulares que cuando el propietario de alguno de ellos quiere sacar un tomo fuera de España, necesita un permiso especial del Ministerio de Cultura. Y es que Bardón no es una librería al uso, de hecho, recuerda más a un museo o una antigua biblioteca de algún literato salido de tiempos anteriores. El olor a tinta es casi palpable a través de la imagen. Los tonos apagados de las tapas hechas con cuero -marrones y granates la gran mayoría- se han convertido en la pintura de las paredes, pues no hay un centímetro visible de estas.
Entre sus estanterías se encuentran más de 50.000 ejemplares, parte de ellos verdaderos incunables como por ejemplo un Lazarillo de Tormes de 1587 o la primera edición española de las cinco obras filosóficas de Séneca de 1491. Pasear por el interior de “la librería para bibliófilos”, tal y como rezaba su eslogan original, es realizar un viaje temporal gracias a la literatura. Una pasión que comenzó Luís Bardón López en 1947 y que hoy persiste gracias a sus nietas, las actuales gestoras de este paraíso literario.

9: ATLANTIS BOOKS (SANTORINI)
En 2002, Santorini ya era el caramelo que todo el mundo quería probar. Las casas encaladas con cúpulas azules, la gastronomía griega y el mar turquesa hacían las delicias de todos los turistas que se acercaban a esta isla bañada por el Egeo. Pero Jeremy Mercer se dio cuenta de algo que a nadie más había importado hasta la fecha, allí no había ninguna librería. Dos años después, él y varios amigos más decidieron lanzarse y fundaron Atlantis Books en un pequeño local que mira directamente al mediterráneo. Siguiendo la filosofía de Shakespeare & Company, Atlantis Books también ofrece trabajo a voluntarios que quieren saciar su apetito literario y compartirlo con los demás. Pese al éxito del proyecto, la crisis financiera de 2008 casi termina con ella. Afortunadamente consiguieron recaudar 40.000 euros a través de una plataforma de crowdfunding y lograron substituir. En la actualidad se organizan todo tipo de eventos y se ha convertido por méritos propios en una de las librerías más especiales de todo el mundo.

10: EL PÉNDULO (CIUDAD DE MÉXICO)
Realmente, El Péndulo no es una librería. Ellos mismo se definen como cafebrería, un lugar donde tan importante es leer como tomar un buen café para disfrutarlo como se debe. Situada al sur de Ciudad de México, el espacio y la decoración es uno de sus grandes aliados. Construida a dos alturas, su espacio más emblemático es el rincón donde los libros acomodan entre plantas árboles frondosos creando un ambiente único y agradable.
Otro de los grandes alicientes es la vida cultural que rezuma esta librería. Se ha sabido adaptar a los tiempos y ya no solo se dedican a vender libros. Entre sus paredes se reúne todo tipo de personas, allí se celebran eventos y debates, convirtiéndose en uno de los núcleos culturales y turísticos de la ciudad.

11: YANGZHOU ZHONGSHUGE (CHINA)
Si algo ha quedado claro en materia de librerías es que la creatividad es una marca de identidad propia. Los libros son la razón por las que existen pero el envoltorio, en este caso, es igual o más importante. Poner un pie en la librería Yangzhou Zhongshuge es entrar en otra dimensión. El tiempo, entonces, parece haber avanzado hasta una época futura. Es en ese contexto en que la librería se transforma en una especie de Halcón Milenario refinado. Inspirada en los puentes de piedra y los reflejos de los pasos fluviales de la zona, se forma un túnel infinito a modo de juego de espejos en los que los libros aparecen y desaparecen como destellos en el cielo nocturno.
Bajo la inscripción “río de letras” se concentran miles de libros que recorren el pasadizo hasta llegar a una sala igual de ecléctica. El hipotético agua parece haber erosionado las paredes creando cavidades cóncavas y convexas donde descansan algunos libros y se crean espacios iluminados que destacan entre tanta penumbra, ideales para abstraerse mientras se lee un libro relajadamente.

12: DUJIANGYAN ZHONGSHUGE (CHINA)
China no solo construye puentes espectaculares, también hace librerías que dejan a cualquiera boquiabierto. Si los libros no son suficiente para visitarla, los selfies harán el resto. La librería Dujiangyan Zhongshuge sigue el mismo patrón que su compañera Yangzhou Zhongshuge, anteriormente mencionada: formas geométricas, juegos visuales y un aura futurista que sumerge al lector en otros mundos. De hecho, según como se mire, la librería parece convertirse en una especie de ilusión óptica a lo más puro estilo Escher y su famosa escalera de Penrose. Las columnas recubiertas de libros aparece y desaparecen entre arcos y paredes onduladas que bailan a diferentes planos.

13: THE LAST BOOKSTORE (LOS ÁNGELES)
La última librería de esta selección es también la última librería. Ese es su nombre, quizás porque triunfar en este sector en un momento en que hay que competir con gigantes como Amazon sea cosa de últimos. Sea como fuere, The Last Bookstore lleva más de quince años en pie experimentando un éxito continuo. Situada en el Downtown de Los Ángeles, la librería reconvirtió la sede de un antiguo banco en una inmensa casa de libros y vinilos. Allí, los pasillos no siguen lógicas, se entremezclan orgánicamente creando una especie de laberinto literario utilizando los propios libros como material de construcción. Un ejemplo es el círculo vacío, a modo de ventana, por el que mirar a través de los anaqueles repletos de tomos antiguos o el túnel hecho de textos que causa sensación en Instagram. The Last Bookstore destaca sobre todo por su colección de libros de segunda mano, aunque también conserva un gran fondo de libros antiguos.

Para mi vale la pena ir preparando algún que otro viaje para visitarlas todas.

¿Y para ti?