¿Quién no soñó alguna vez con dormir en un faro?
Les voy a contar un secreto: No sabemos absolutamente todo sobre todos los destinos, aunque lo intentamos.
A veces, raras veces, vuestras peticiones nos dejan de piedra.
Hace poco más de 2 años me enteré que en España hay varios faros en los que se puede dormir. Y me enteré cuando un cliente me llamó para pedirme presupuesto.
Por suerte fué por teléfono, si no me lo hubiese notado en la cara…
Pero hablemos de los faros, que son preciosos y una excelente oportunidad para hacer algo diferente, rodeados de una belleza que quita el aliento por la ubicación que tienen.
Con el correr de los años, algunos de los faros han perdido utilidad por lo que se creó el Proyecto Faros de España para darles vida nuevamente.
Lo que alguna vez fueron casas de fareros, se están convirtiendo en hoteles boutique, con la estructura original pero reformados para ser disfrutados y fomentar el turismo de las zonas.
Algunos, por su tamaño, tienen solo 1 o 2 habitaciones, por lo que es un poco difícil hacer reservas con poca antelación.
Cada vez hay más faros en proceso de reforma, pero te voy a enumerar aquí los 4 que más me gustan.
1- Faro de Isla Pancha, Ribadeo
Situado sobre un islote que se conecta a tierra por un sinuoso camino, encontramos este faro que, desde 1857, guiaba a los marineros que surcaban los mares en las inmediaciones de la Ría de Ribadeo. Hoy, reconvertido en hotel, ofrece dos apartamentos de cuatro habitaciones en un enclave con un entorno natural de inigualable valor paisajístico. En primavera y verano la experiencia aquí llama a la calma pues las aguas tranquilas invitan al relax. En invierno, las olas baten con fuerza creando un espectáculo digno de ver, a buen recaudo, en primera fila… Para los amantes de la naturaleza, el lugar ofrece rincones de una belleza incomparable y se convierte en lugar de peregrinaje para decenas de especies de aves que migran del norte de Europa hacia el sur.
2- Faro de Llafranc, Costa Brava
Este singular faro se encuentra en uno de los enclaves más especiales de la península pues ofrece vistas interminables tanto del Mediterráneo como del Ampurdán. Situado a más de 175 metros sobre el nivel del mar, sus instalaciones parecen suspendidas del cielo. El antiguo alojamiento del personal que habitaba el faro se ha reconvertido en un hotel boutique de nueve habitaciones de inspiración marinera. En su restaurante de cocina casera podrás disfrutar de los mejores productos locales. El acantilado que le da cobijo está rodeado de maravillosas calas. Las playas de Tamariu, Llafranc y Calella de Palafrugell son de visita obligada. Como también lo es el conjunto arquitectónico de San Sebastián de la Guarda, situado a pocos kilómetros. Aviso para navegantes: el faro tiene tanto encanto que cuesta salir de él.
3- Hotel Faro de Punta Cumplida
Qué sería de una isla sin su faro… Este, uno de los más bonitos de nuestra geografía, se encuentra en la isla de La Palma. Es uno de los más antiguos de España, con siglo y medio a sus espaldas. Reconvertido ahora en hotel de diseño, es un destino único si quieres tener el mar como compañero de escapada. Cuenta con solo tres suites, todas diferentes y muy amplias. Aunque puestos a elegir, quédate la Suite del Farero: más de 100 m2, terraza privada y chimenea. El faro dispone, también, de una piscina infinita sobre el océano y de un jardín de más de 5.000 metros en el que pasear para ver la puesta de sol. Al amanecer podrás realizar una serie de saludos al sol en la plataforma de yoga.
También es conocido como “El Faro de los Oscars”, ya que El faro de Punta Cumplida fue el sitio escogido por Distinctive Assets para que los ganadores de los Premios Oscar se recuperen de la alegría de su éxito. Todos los ganadores de la codiciada estatuilla pudieron disfrutar de un fin de semana en este hotel tan exclusivo como singular.
4- Hotel O Semaforo de Fisterra
Si hay un lugar emblemático en la geografía española es el mítico cabo de Finisterre, allí donde durante siglos acababa la tierra conocida. Construido en 1853 es un faro conocido por todos los navegantes del mundo. Su importancia sigue en vigor pues alerta de la proximidad de una costa sumamente peligrosa, la Costa da Morte. Elevado a 138 metros sobre el nivel del mar, su haz de luz llega a alcanzar 65 km de longitud. Desde una profunda reforma en 2016, la antigua sede de vigilancia de la marina, el semáforo se ha convertido en hotel de cinco exclusivas habitaciones y un restaurante con encanto. Disfrutar del non plus ultra, aquí en el fin del mundo, es toda una aventura.
Hay varios más en diferentes partes del mundo que estoy segura que también vale la pena descubrir.
Por el momento me apunto estos 4 en la lista de pendientes.
¿Te gusta la idea de poder hospedarte en un faro?